Los recuerdos del estío y el frenesí,
de tu cuerpo a mi mente la acorralan,
como en las dulces noches de sexo y
amor. Como cuando sigo caminando, por la tersa flor de tu aterciopelada piel. Mi alocada lengua desvergonzada y
mis labios ansiosos de tener entre, ellos tus majestuosos y
ansiados tesoros más hermosos,
mientras alzas tus sensuales labios,
que deseosos por poder llegar,
hasta la comisura de mi boca que,
ansiada solo espera la llegada de la tuya.
Con tus dientes mordisqueas los,
lóbulos de mis orejas mientras,
con palabras entrecortadas me,
susurras al oído, amor mío baja los tuyos,
caminando muy despacito por, todo mi cuerpo hasta que llegues,
a culminar la altura de mi sexo.
Seremos dos enamorados lujuriosos, que yo por dentro de tus tesoros,
me adentro por tu cavernosa y
oscura cueva para poder saborear,
los néctares que te afloran de tus,
profundidades mas ocultas donde,
mi boca y mi lengua, amaremos tus esencias, que logramos saborear,
cuando adentro mi lengua en tu sexo.
Porque eso es lo que tú quieres porque,
me ha pedido tu vientre, que adentre, mi sexo hasta el fondo de tu ser,
que cuando sientes mis embestidas,
tus golpes se vienen arriba en busca, del compás del deseo con los míos.
Terminamos los dos agotados y
tendidos sobre nuestro lecho al olor, especial de todos los néctares de tu sexo,
los aromas de tu cuerpo desnudo y
los más deliciosos perfumes del sudor,
que nos han emanado nuestros cuerpo,
cuando hacíamos el amor.