Eres la vida, no simple quimera,
latió dos corazones en cadencia,
bebí de tus labios la pura esencia,
colmé de tu amor mi alma entera.
¿Cómo te mantendría feliz a mi vera?
amándote con lealtad y conciencia,
ganandote con compresión y paciencia,
entonces verás que te amo de veras.
Tu ser y amor en mí se atesora,
el anhelo es amarte a toda hora,
bien como pudiera sin prejuicio.
Lo que tú me das dura una vida,
tus besos calma y enfría mi herida,
sumirse en tu amor es preciado vicio.
Autor: Alcibíades Noceda Medina