A LA MEMORIA DE MI HERMANO JUAN

Una vida tan poco gozada
la apagó la muerte indomable
y un padre acariciando la manito helada
lloraba la pérdida incurable.
Era mi hermanito, mi hermano querido,
con sólo dos años tan inteligente,
mi hermano al que verlo no he podido,
pero que siempre llevaré en mi mente.
En el cielo brilla un hermoso lucero
que vale más que el propio oro,
es mi hermano al que tanto quiero,
es mi hermano al que más adoro.
Señor...Tú que me estás escuchando
dile a mi hermano que converse conmigo,
que por el buen camino me siga guiando
y me llame para estar los dos contigo.