Tiene Artajona cosas
que lo hacen singular;
ya conocéis el Cerco,
baluarte sin igual;
acerca de los dólmenes
qué les voy a contar;
a los pies de la virgen
he oído a alguien rezar.
Jerusalén se llama
la patrona leal.
Tan peculiares somos
incluso en el bandear.
Por la calle empedrada
hay un aire especial,
rincones pintorescos,
la fuente y algo más:
tres balcones floridos
con petunias y azahar
en la casa del Mauro
nos quieren obsequiar,
madera, hierro y piedra
y aromas de verdad.
La mano de María Ángeles,
su generosidad,
florece en sus balcones,
alegría y bondad,
amiga de Artajona
hasta la saciedad.
Mariángeles Jurío,
amable por demás,
cuando riegues las flores
no olvides el refrán:
Por las flores de casa
Transmites tu cantar.
En ti ha de florecer
el cariño que das.
Si tú das alegría
Eso recibirás.