Escondido en los bosques del tiempo,
el amor es una hermosa mirada,
descubre senderos,
caminos de ida y vuelta,
donde suele resplandecer,
como un sueño junto a una estrella.
Hace su playa,
sus olas más íntimas,
florece y se hunde,
flotando sobre su propia espuma,
nos habla al oido,
saborea el viento,
el cristal,
el agua que toca,
con las caricias más delicadas,
como una frescura de manantial.
Nos habla a tráves de miradas,
de luz,
de agua,
de bosques inexcrutables,
con olor a primavera,
como un temblor de hojas de brisa,
ó como un verde de abril,
de dulzura y calor.
Te hace sentir la vida,
y es nítido como la lluvia,
ó lleno de un temblor desconocido,
donde solo penetra el sol,
y ese aire humano,
que te hace conocer el mar,
y las montañas silenciosas.