Tuve una infancia feliz
pues, aunque pobre y austera,
tuvo para mí el cariz
de una vida placentera.
Mis padres fueron obreros
pero obreros artesanos
y siempre estuve orgullosa
de las obras de sus manos.
A mí siempre me inculcaron
respeto y educación
que yo nunca he olvidado,
lo llevo en el corazón.
Tan sólo tuve una amiga
y la tengo, que es mi hermana ;
ella es el "Altar del Cielo"
pues Araceli se llama.
En nuestros juegos de niñas
siempre era yo quien "mandaba"
y ella, que era muy mimosa,
a mis padres se quejaba.
Lo pasábamos muy bien
con aventuras sin fin
cuando íbamos de vacaciones
al pueblo de Valsaín.
Luego, nos fuimos de España ;
yo tenía quince "abriles"
pero el corazón no engaña..
yo añoraba mis "madriles".
Y por mucho que me diera
aquel país de cucaña,
nada hizo que perdiera
la añoranza de mi España. - oOo -
Muchos años han pasado,
viví penas y alegrías
pero siempre he recordado
la feliz infancia mía.
Gracias Padres, por hacer,
que aquellos años de magia
mi corazón, con amor,
los recuerde con nostalgia.
Yo nunca podré olvidar
que, con tantos sacrificios
nuestra infancia fue feliz :
En nombre de los tres hijos.
Lucía Bachiller Candela.
Esta poesía fue dedicada a mis padres en reconocimiento de nuestrea feliz infancia. Ellos hicieron de forma que, por muchos problemas que tuvieran, nosotros, los hijos, sobretodo mi hermana y yo, no notáramos carencias. Nunca tuvimos lujos pero sí mucho amor, dedicación y mucho sacrificio por su parte para darnos todo lo que podían. Hoy, desgraciadamente, nuestra madre ya no está entre nosotros físicamente pero nos acompaña en cada momento y en cada acto de nuestras vidas. Gracias a los dos pero sobretodo a ella que dejó su piel en hacernos felices.