Castígame mi dios.
Castígame dios, del dios por haber escrito,
El verso zonificado del verso al sexo,
En tu propia sangre he escrito obsesión pasando,
La vida santificando al deseo erótico.
El sueño del futuro he vivido soportando las tribulaciones,
De la noche, castígame por haber impartido el conocimiento,
Y las destrezas del derroche a mi pareja, De la espada al asesino, y por haber demostrado,
A la mente el poder de la pluma, castígame.
Por haber desafiado al crucifijo del deseo pagano.
Yo soy el resplandor de las antorchas que arden contra el viento.
Castígame, por haber liberado a la feminidad de la locura de la noche.
Castígame, porque si yo muero tú puedes perder el coito.
Castígame porque si yo vivo levanto la mano te hace el amor,
Llegará tu fin, si una sola espada se desenvaina,
Para hablar, llegará tu fin, castígame por haber amado.
La vida nueva en cada respiración penetrarte,
Yo debo vivir mi vida y la habré de multiplicar,
Más allá de sí misma, como estas feliz cuando me lavo,
La cara con tu bajita, y mis labios besan tus labios inferiores.
Castígame porque entonces, la sentencia de tu castigo,
Llegará a su fin por haberte amado.
Por ser el hombre que sin escrúpulos allá penetrado,
Al interior de una mujer el placer de un hombre.