En silencio quedé tras tu partida,
Ni el eco de tu adiós quedó grabado,
mis ojos ya no lloran, se han secado,
y mis labios perdieron la sonrisa.
No siento el suave roce de la brisa,
el color de las flores ni su aroma,
no percibo de los día las auroras,
y tengo el corazón hecho cenizas.
En silencio camino a la deriva,
por un sendero angosto y pantanoso,
ya no tengo de ti todo lo hermoso,
del amor que a mi amor correspondía.
Te marchaste, y tal vez yo no sabía
que tu ausencia sería mi silencio,
mi soledad es todo lo que tengo,
con la tristeza que gime en su agonía.