No puedo
dejar de mirarte,
que hermosa figura
se delinea en tu cuerpo.
Pierdo la conciencia
hechizado por tus manos,
y si tocan tus rodillas,
divina visión
que paraliza mis sentidos.
Rindo culto a la luz
si sentada,
tú pierna levanta su rodilla,
tú cuerpo
se torna una escultura,
tu cabello, tu expresión,
precioso instante de luz,
el aire me abandona
Al mirarte solo un momento,
como tonto enamorado
la razón se olvida de mí,
el tiempo y la vida se detienen
y solo te contemplo.
Caigo en un hechizo,
si de pie me das la espalda,
y tu cabello en un giro,
ligero oculta tu cuello
delicado, entretejido
a tu piel y su blancura,
suave cadencia con tu andar
dulce visión de movimiento
alejándose de mí,
mientras mi alma se congela
y hace eterno ese momento.
De pie, sentada,
o recostada,
que hermosa eres mujer,
mas de pronto
al escuchar tus pensamientos,
miro sin aliento tu alma,
no puedo más,
mi corazón se detiene,
quien merece amarte,
quien merece de ti una dulce palabra,
ningún mortal es digno,
sin embargo
yo la merezco,
solo déjame morir
para renacer perfecto.