Las hojas secas se quedaron,
pero yo corrí para no verlas,
fue muy duro mi quebranto,
sabiendo que no te tenía,
pero más fuerte fue mi amor,
que con fe se llevaría toda la tristeza,
para encontrar en tus ojos todos los días,
la felicidad y la agonía de amarte más todavía,
fiel a mi verdad mi rostro resplandece,
con tus huellas de ternura,
me dejas tus secretos,
y en el reloj veo en el tiempo,
tus ojitos siento en mi alma,
y la dulcura del resplandor,
me acompaña en el andar,
cuesta arriba en la montaña,
sabiendo que tus sueños,
son más míos, así lo siento,
en mi pequeña cabecita,
tu te encuentras todavía,
eres el sol,
mi ruiseñor que me alimenta,
y me tiene presa en su amor todavía...