Perdido, cuando no sé de tus milagros
de tus manos en mi piel, surcando desafíos,
si el amor es ultranza, y la ausencia lo macabro
porque siento el alma y su derredor, tan vacío
porque me late el dolor en cada madrugada
cuando yace tu espejo, volcado en mis adentros?
que oscuridad has usado en la mirada
para perder tu amplitud donde opaca algún silencio?
No me busques en la sinarquía de los santos
donde late cada usanza en otros desperdicios,
dime solamente que si he de espararte tanto
la soledad aplacará ante un pequeño indicio,
pues sabes que donde no te vea, esta lejanía,
mortaja señil de mis alegatos y condenas,
traerá desolación a mi cuerpo y todavía
quedará un pequeño lugar, de resabios y de penas.