Abrázame

¡Abrázame…abrázame!

Como si fuera tu tabla de salvación

en medio de un inmenso mar embravecido;

como si fuera de plumas tu almohadón,

donde reposa tu cuerpo adormecido

luego de una confesión.

 

¡Abrázame…abrázame!

como se abraza al niño cuando tiene miedo

y se siente infeliz y desdichado,

como abraza la arena el toro desde el ruedo

cuando el torero orgulloso pasa al lado

para morir muy quedo.

¡Abrázame…abrázame!

Como abrazan las horas al reloj inmutable

que desgrana el tiempo sin calma y sin clemencia,

abrázame fuerte con ternura incomparable

que calme los avatares de la conciencia

con fervor insuperable.

¡Abrázame…abrázame!

Con la fuerza que el corazón te inspira

y permíteme que pueda absolver tu aliento;

abrázame como abraza el poeta la lira

y haz que viva un espléndido momento

por el que mi alma suspira.

Abrázame…abrázame!

Abrázame por última vez en este día

y que de tu pecho sienta  el suave latir;

dale a mis sentidos pasión en demasía

y que pueda tu cuerpo hacerme refulgir

como el sol en un claro día.

¡Abrázame…abrázame!