Nathalie, Nathalie;
ese exquisito nombre de mujer,
es una delicada puerta azul
de dos hojas que se despliegan
como extensas páginas,
¡Oh, ma dame so, artiste sublime d’ignotas fantaisie,
viens a moi!
(mi corazón sudamericano
tiene un poderoso color púrpura
de añejos óleos que nunca se apagan).
Sombra y luz, emergen,
desde la tela templada;
como si de un pequeño cosmos,
de suaves y delicadas formas gráficas,
se creasen de pronto, desde tus manos,
nuevos y misteriosos, pictogramas.
Nathalie, Nathalie:
un tibio pincel se desliza
alucinando transparentes rosas de abril
que en el blanco lienzo, descansan;
un sol mágico de Oriente las alumbra
con sus exóticas flamas.
L’amour toujour arrive, dans
des circonstances rares et extrange;
¡Que lejos está París!
Nathalie, Nathalie,
Mis versos son pálidos y afables
argonautas de luz,
que en el puerto de Tolouse
sus naves hispanas, anclan.
¡Todavía sigue lejos París!.
25/Julio/