A tí,
que has hecho de mi vida
una nueva aventura día tras día.
A tí,
que me llenas de tenura,
y colocas en mi lecho
un poema, con dulzura.
A tí,
que has tenido la paciencia
de quitar de mi conciencia
cualquier miedo que ha existido.
A tí,
que me has enamorado,
poco a poco, y el pasado
se ha quedado en el olvido.
A tí,
que enjugaste mis lágrimas,
cuando he llorado afligida,
cuando sufriendo, dolida,
quise sanar esta herida.
A tí,
que a pesar de mis errores,
de mis arranques, mis iras,
te has quedado aquí a mi lado,
para compartir conmigo
un pedazo de tu vida.
A tí,
con quien aprendí que un adiós
no es para siempre,
sólo un poco de distancia,
de extrañar a quien se quiere.
Y también es para ti,
con quien hoy echo a andar,
por este nuevo sendero,
que se abrió en mi destino,
para que sea precioso, intenso y sin olvidos.