Dedicado a mi hijo Cristián.
Doces años.
Madre hábese quiero preguntarte algo,
Tu mirada no me da confianza.
Y retorno a mi silencio.
Me intimida tu mirada.
Mejor quedarme donde estoy con mi ignorancia.
Ya no quiero soñar contigo,
Sino con mi amiguita de la escuela,
Más te quiero, mas sueño con ella.
Yo tus versos lo saboreaba en tus platos de majares.
En los rico poemas, que cantas, de mi infancia.
No es la misma voz que escucho, de la niña de mi escuela.
Algo me pasa que en mi pecho existe.
Tú piensa que sigo siendo el niño de la infancia.
Soy adolescente, hay un incendio entre mi mano y el pulso.
Bramará un tigeré dentro de mi adolescencia.
Tiene mi cama sabanas blancas ya manchada.
Tengo sueños eróticos, ¡ah mi dios que pecado!
Que me esta pasando mamá, no me ha dicho nada,
Tengo unos labios nuevos que me da besitos,
Acaricio unos cabellos que no es mi osito.
Ella tiene alma de vendad, tiene seno.
¡Esto es amor! O tengo un mar de llanto.
Que cuando veía monstruos lloraba.
¿Por que me acorralaba?
Entre la niñez y mi adolescencia.