Te necesito tanto en mi vida padre mío
no permitas que me aleje más del camino
sin ti cada día es tan frío,
necesito de tus brazos de tu abrigo.
Destrúyeme si es preciso,
pero reinvéntame te lo pido,
mi corazón quiere amarte como un niño
con inocencia, pureza y no con olvido.
Porque lo que es imposible para los hombres
es posible para ti mi Dios bendito
que nos llamas a cada uno por nuestros nombres
y a todos nos Amas como tus hijos.
Gracias, eternamente gracias por cada día que estoy vivo,
si no fuera por ti por qué respiro
si para hacerlo no existiría motivo,
a mi vida en un segundo le das un giro
y me enfrentas con mis temores
poniendo a la soledad y el silencio como testigos
de la prueba, enfrentando mis rencores;
disipas cada uno de los demonios que cargo conmigo
aquellos que me empujan al dolor contigo se han ido,
ahora siento paz en mi interior
y solo puedo decir
“Gracias, eternamente gracias Padre Mío,
gracias por existir”.
Carlos Manuel