Quizás por extrañas circunstancias
De la vida,
O tal vez
Por la exigüa experiencia
Que en toda ella
Podamos llegar a obtener;
Caminaré contigo hoy
Tomado de la mano,
Y conquistando el pico más alto
De nuestra mayor montańa,
Nos deslizaremos raudos
En un planeador,
Que para tí con amor
He llegado a construir.
Atravesaremos rápido y sin mayor control
Extensas llanuras,
Deteniéndonos un poco
Por entre aquellos valles
De grandes hermosuras;
Estampados cuál tableros de ajedrez
Gigantes,
Que parecieran esperar
El siguiente movimiento
Indiferente,
Con que la estación sugiere
Los distintos sembradios.
Admiraremos ríos
Como hebras de plata,
Que llegan a fusionarse
Más allá
Con la mar;
Quien amorosa siempre
Sus caudales recibe,
Sin importarle que en su carrera
Impetuosos,
Su acompasada corriente
Quieran en vano varíar.
Luego seguiremos
Por la larga ristra costera,
Recorriéndola ligeros
Como dóciles gaviotas;
Que ávidas y melancólicas
En el todo atisban,
Tratando de su sustento
Encontrar.
Después haremos un pequeño quiebre
A barlovento,
Y nos encontraremos de nuevo
En casa;
Donde volviendo amarnos
En silencio,
Otros mundos..
Habremos de descubrir.