Se pone el sol, gime el viento, braman las olas del mar,
la tempestad del alma se agudiza a la caída de la noche.
El corazón duele, se desparraman lágrimas, la melodía del susurro es triste,
se desgarran las entrañas, se pone el sol y tú no estás a mi lado…
La hiedra envuelve la fragancia que dejaste en la noche,
fluyen sentimientos, afloran pensamientos desterrados del olvido,
la escarcha es fría como el hielo, maquillada por el calor de tu recuerdo,
la niebla oculta el canto de la gaviota al borde del mar…
En la ribera del río, a la sombra de un sauce llorón,
el otoño deja paso al invierno, dejando al sauce desnudo,
como alma que vaga buscando, abrigada entre nubes oscuras,
el amor que sigue soñando, entre noches de dolor y locura…
La ciudad camina sin preguntar adonde parar,
curando heridas, en un mundo debilitado, sin más amor que el desprecio,
calles oscuras, sonrisas inertes, corazones sufriendo amarguras,
y desde el balcón de la soledad, la ciudad grita en silencio…
J.M.P.Poeta 17-09-2009