Todo se entremezcla
¡aunque no quiera!,
en una breve quimera
cuando el tiempo me tutela.
Mis pesares en la tierra
nublados de tosco hollín,
¡otras veces muy contenta!
por la senda del vivir.
Los recuerdos olvidados
pegados al suave sentir,
mis Romeos de aquel tiempo,
¡aquel amigo del alma!
qué dejó su huella en mí.
Todo se hace tormenta,
si recupero los pasos
del camino que perdí,
los besos que me prestaron
¡y jamás los devolví!.
Mis sueños de primavera,
las casitas de muñecas,
los aromas de jazmín,
mis perfumes de verano
¡calando hasta morir!,
aquel principe encantado
¡qué ya no se viste de añil!.
El sueño ahora,¡ es volar alto!,
cómo alza el vuelo el pájaro,
con las alas bien sujetas
al corazón y a los astros,
y siempre alta la cabeza
¡cómo si estuviese volando!. campanilla