Desde el más profundo rincón de mi corazón, alzo hacia ti mis pensamientos,
pidiendo a quien en el extremo insondable de las Galaxias quiera escucharme,
te pueda llevar estos retazos de mi vida,
que no son otra cosa que el sentir que por ti tengo hasta en lo mas profundo de mi medula.
Y es que vuelo en el etereo discurrir del viento que me envuelve,
para ver si de esta forma consigo,
que una racha, hacierte a encaminarse hasta el lugar de donde tu procedes,
y alli, descargue mi amor en tu regazo,
mis besos en tus labios,
y junto a todo esto llegue tambien hasta ti,
el fresco aroma del sentir profundo de este viejo pecho, que late y vive por ti,
en la amarga espera del lento discurrir de las agujas del reloj,
que nunca marca el momento en que al fin señale la fausta fecha en que junto a ti,
pueda al fin descansar de esta tortura.
Cada mañana le pido al amanecer,
que no me traiga la noche sin poderte a ti tener,
y cada tarde da paso a la noche nueva,
que solo, mirando a la vieja luna,
le pido con behemencia que antes de llegar el alba aunque tan solo te sueñe,
pueda un momento tenerte.
Y de nuevo sale el sol,
miro a mi lado en la almohada y una vez mas no te veo,
no esta tu sonrisa dulce para decirte te quiero.