Como recuerdos viejos caían,
Mis suspiros en tu ventana
Sorprendio me el resplandor de la mañana,
Contemplándote vida mía.
Henchido de amor mi pecho,
En tu presencia se desvanecía
Maravillada la mañana se conmovía,
E invito me a compartir tu lecho.
Bella la luz de tus ojos,
En el instante de aquel hermoso día
Postrado a tus pies el sol yo veía
Resuelto a complacer tus antojos.
Como el mañana maravillado,
De tu ventana moverme no podía
Y de esa dulce sonrisa lentamente bebía,
Para no morir deshidratado.
La mañana tu y yo,
Los tres solos en aquel instante
Nos olvidamos de aquel sol abrazante,
Que en mil pedazos tu ventana destruyo.
Hoy a tu ventana toca,
Un anciano centenario
Con voz tenue pregunta por la niña del campanario
Que un día le dio un beso en la boca.