Ay… Mi encantadora, amada esposa,
cual chiquilla aun sueñas soñando,
siempre me miras como algo deseando.
Con ansiedad espera de mí una prosa.
Lo que escribo considero poca cosa,
pero siempre escribo en ti pensando;
cuan dulce eres, cuando me estás besando
y mas aún cuando te pones mimosa.
En ti revivo la más hermosa melodía
Amor; son tuyas las poesías de cada día,
mi; pretérito, presente y futuro.
Para ti me revelo tal como soy,
tu sabor a miel lo llevo donde voy.
Amor; tu nombre en mi sueño murmuro.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Cuarto voto de diez a tan amoroso Soneto. Le aprecia siempre, Su amiga Ivette Rosario.