Cuando la fecha de recibirles 
se acerca, no podemos negar
la mezcla de alegría y tristeza. 
Porque son ustedes un pequeño
trozo de nuestras vidas y ocupan
un importante lugar en nuestros
pensamientos y corazones. 
Y no entendemos como puede ser
que si para nosotros que somos
solo sus familiares, nos importen
más que a su propio padre. 
Hace ya casi tres años que a 
ustedes, sus hijos ni siquiera
les llama, ni mucho menos se
acerca. 
Se esta perdiendo de su infancia
los mejores años, sus pequeños
logros y también sus pequeños 
fracasos. 
En donde todo este tiempo su 
padre ausente ha estado, no les
ha bridado una sonrisa cuando
han triunfado, y en sus caídas
su hombro no los ha apoyado. 
No es mucho lo que sus abuelos
y tías podemos hacer para en su
ausencia compensarlos, pero si
es mucho el amor con los que
queremos colmarlos. 
Y esperemos que algún día no
muy lejano su padre valore lo
que esta de su vida alejando,
y no sea muy tarde para que
pueda recuperarlo. 
Pero si no es así y todo para
entonces esta perdido, no será
más que consecuencia de lo que
hoy equivocadamente ha decidido. 
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
mrc-24-12-09