Un obstáculo se derrumba ante mis ojos,
atrás quedó aquel pasado gris.
Ciertamente en los caminos habrá abrojos,
no habrá alfombra ni flores como tapis.
Pero hay colores en la nueva esperanza,
estoy parado sobra la piedra de mi pasado,
veo el porvenir como una pradera inmensa.
Aun respiro el polvo, no me siento derrotado.
A ese cielo azul deseo tanto irme,
lo tengo tan cerca que casi puedo tocarlo,
pero debo asegurarme en la tierra firme,
aquí al dilema puedo derrotarlo.
La vida es corta, nadie sufre eternamente,
siempre se puede volver a empezar,
con las mismas o, con otras gentes,
con ahínco todo se logra alcanzar.
Autor: Alcibíades Noceda Medina