Me asomo a la ventana, no veo nada,
camino hacia mi habitación muy alerta,
me acuesto en la cama como una muerta,
y quedo silencia ante mis pensamientos.
Imagino que transito en alta mar
navegando con el vaivén de sus olas,
viajo tal si fuera una barca perdida,
no conozco el destino de sus aguas frías.
En silencio la soledad me acompaña,
ella sabe que mi rumbo es irancundo,
que llevo mi carga con dolor profundo,
sin saber a qué puerto he de llegar.
Veo a lo lejos un horizonte reverdecido,
me acerco para anclar mi barca en su playa,
para dejar la muerta que está sobre mi cama,
pero despierto, sigo aquí acostada, fría y vacía.
Miangel