"EL PIMPOLLO"
Tras un marco triste
descansa la madre,
expoliado y desnudo
su pecho moreno
por succionadora
boquita infantil.
Se muere de sueño la madre
y el niño,
el niño travieso
no quiere dormir.
Al caer la tarde
la madre lo mece,
y crece su sueño
y el niño se crece;
no quiere dormir.
¡Qué mieles tan dulces!
¡Qué extraños panales!
¡qué gratas las penas
si son de cristales!
El niño sonríe.
Su láctea mirada
dibuja un espacio
de estrella fugaz.
Se muere de sueño la madre
y el niño,
el niño travieso
no se queda en paz.
Su tierna carita
de nácar, mimosa,
se confunde lenta,
caprichosamente,
con el suculento
pezón de frambuesa.
Su boquita es rosa,
su boquita es fresa.
Todo el niño es ángel,
todo es ilusión.
La madre se muere de sueño
y el niño
arrulla a su madre
con el corazón...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!