El invierno de la hamaca, olor a mentol en el turbante de abuela, fiebre, madre María llora a tus pies. El galeno asoma silencios; hay un espejo en una mesita de noche, frascos de pastillas, jarabes amargos, cucharas de metales solitarios, el anciano parece una vela. Madre abraza mi alma para no irme hoy. El sombrero de cogollo está colgado de un clavo, alpargatas bajo el catre, un olor de café de muertos me hace sombra en la borra al fondo. Madre, madre, madre, las animas se oyen con cuarenta cirios venir de la casa vieja, herraduras de caballos muertos, nombres sin vida. El árbol de tamarindo esta seco, sobre tinajas secas, vacías, pájaros disecados en un rincon, la mesa de santos se muere en velas, y la vela del chinchorro se apaga de brisa. Me atrevo a escribir sobre la muerte abuelo, abuelo...., abuelo....,abuelo.