Tengo tanto que decir y tanto que meditar,
yo no se donde empezar ni a donde poner la vista,
y aunque no soy un artista pero quiero figurar.
Un hombre y una mujer, son como un árbol frondoso
que se muestra generoso para mostrar su fruto,
y en un acuerdo absoluto forma un cuadro muy hermoso.
Un hombre sin su mujer y una mujer sin su hombre,
son como el viejo roble que ya no puede crecer,
y aunque quiera florecer, dudo mucho que lo logre.
Pero hay algo que me gusta y decirlo me llena de gozo,
hoy me siento cariñoso, y como el viejo roble
ya cansado viejo y pobre, puedo ser árbol frondoso.
Son virtudes del amor, son los milagros divinos,
ni aun la sidra y el vino con su efecto embriagador,
podrán reemplazar al amor si se juntan dos caminos.