Aprisionada

APRISIONADA

Duermes con otro y eso ya no me importa,

Ni si su cama es un campo amplio de batallas,

O un desierto en el Sahara, a ver quién soporta,

Hasta la muerte esa guerra de canallas.

Vives con otro y eso no me da envidia,

Compadezco tu vida carente de poesía,

Tienes que leerme para satisfacerte, querida,

De alguna manera eso te hace mía.

Mi intención no fue nunca robarme tu pureza,

Ni colonizar tu vientre, ni imponerte cadenas,

Ni dibujar una sonrisa en esa cara de tristeza,

Ni tampoco alcoholizar a todas tus penas.

Yo quería que te nacieran alas y volaras,

Y no que te arrastraras como un vil gusano,

Sobreviviendo a la rutina, que votaras,

Que fuera tu elección no jurar en vano.

No quería atarte a la rúbrica en un papel,

Tampoco a que juraras por una eternidad,

Ni te tragaras la hipocresía de la fe,

Pretendía que conocieras la felicidad.

Mueres con otro, aprisionada a su abrigo,

Quieres aceptarlo pero no, a ver qué ocurre,

Tendrás que esperar mientras todo esto dure,

O buscarás tus alas... pero ya no conmigo.