¡No molesten, no interrumpan!
ni me recuerden la hora,
que esta noche, con mis "cuates"
estoy oyendo canciones
en mi vieja grabadora
y resolviendo problemas
que agobian a nuestro mundo,
con hábiles argumentos
y frases demoledoras.
La noche apenas empieza
y tenemos varias horas
para, con unas cervezas,
avivar nuestras cabezas
y discutir nuestras cosas;
que a los diecinueve años
"se tienen las pilas nuevas"
y cuatrocientas ideas
geniales, maravillosas.
No me vengan con consejos
porque no los necesito;
estoy solo frente al mundo
caótico de los viejos
y voy a ponerlo en orden,
con esfuerzo y decisión;
será mi generación
la que dé el triunfo rotundo
y, a todo, la solución.
¡Respiro magia esta noche
en compañía de mis amigos!
La música, la emoción,
y estos muros son testigos
de este juvenil derroche
en nuestra conversación;
aquí se habla del futuro,
del amor, de las muchachas,
de la vida y sus "hilachas",
¡no me arruinen la función!-
Eduardo Ritter Bonilla.
24-05-2005.