Baten alas en mis pensamientos
llenando de hojas verdes mi corazón.
Revolotean ingrávidas
con los sentimientos de mi amor.
Ese amor que descorre los visillos
para asomarse a la ventana del alma,
y allí descubre que el cielo esta oscuro
y la noche se presta larga.
El amor se ha esfumado,
no ha visitado mis ojos rosados de ilusión,
y se han quedado en la desesperanza.
Las hojas verdes que revoloteaban en mi corazón,
se secan, y caen de las ramas sin color.
Lágrimas de mis cristalinas
se funden en un mar de sensaciones,
ahogándome con la desilusión.
Inerte mi piel, reclama,
pero las sombras cubren, sobre el alero
de mis pestañas.