La conocí un día, no sé cuando.
Al mirarla, me provoco la sensación de una mujer indiferente.
Al escucharla hablar, brotaba en mí jardín del pensamiento….
Mil preguntas.
Al conocerla un poco más, me di cuenta que su vida entera,
Es una isla que flota, en el mar de las ideas, cruzando las orillas del tiempo.
Sus ojos navegaron con los remos del silencio.
La miraba, la escuchaba y comprendía que yo soy criatura de luz,
De ella vengo y hacia ella voy,
Aquel entendimiento que yo callaba, tiene toda la voz que no tenía.
Y aquella voluntad que estaba fría, tiene todo el calor que le faltaba.
Gracias a esta mujer, comprendí que aquel entendimiento que ignoraba,
Tiene toda la ciencia que yo en un momento pensé que carecía.
Aquellos pasos sin rumbo, aquellos pasos sin vida, ya encontraron un camino. Mis pasos tienen ya un rumbo seguro, desde que la escuche hablar, de su vida, de su trabajo, de su valentía.
Desde entonces, yo soy un universo de luz un huracán desmedido de palabras…. sin miedo de enfrentar la vida y….
Con la misma intensidad que ella ha vivido su vida, yo viviré la mía. Genito/vevi0.