Levemente y con sutilesa
llenastes aquel lago vacio,
estacionado en mi interior.
eres tu el manantial tan puro,
cristalino y benigno,
que rebozo mi corazon
Con la seda de tu mano
y el abrigo de tu alma,
mitigastes mi dolor
Con el brillo de tus ojos
y el inmenso calor de tu cuerpo,
una nueva luz aparecio
Me ofrecistes dia a dia
cada pedazo de tu amor,
y levantastes del abismo,
cada pena,que se hundia de terror,
liberandome de la condena.
de seguir sufriendo.
por un amor que se perdio!
Raul T
Guayaquil -Ecuador
8 de Octubre / 2002
Con las sedas de tus manos...mitigastes mi dolor...con el brillo de tus ojos, una luz aparecio.Que paso con esa luz? Por Dios Raul,porque siempre tan triste?.Muy lindo tu poema ...pero arriba ese animo, por favor, no me gusta verte asi. Diez ramos de rosas para mitigar tu dolor. Kennita