Sentada en mi triteza,
deje atrás la amargura,
deje atrás la pobreza,
y a tus brazos me entregué,
a ciegas buscando en mi agonía,
tu dulce respeto,
tu dulce secreto de cada día,
hoy siento tu mirada,
que amas cada día,
y tu dulce resplandor,
que baña de alegría,
quiero que sueñes con migo,
quiero compartir el llanto,
quiero compartir la gloria,
quiero estar a tu lado,
y saber que supiste entender,
que esta sensación,
no fue un amor de verano,
sino que es un amor puro,
que se escapo del invierno pasado,
que se refugió en tus ojos,
y como un rayo partió mi corazón,
ahora solo veo tu alma,
que busca desesperada,
el refugio de mi corazón,
que no te va a fallar,
porque solamente a sido que sea tuyo,
y nada más porque,
la locura de dos corazones,
solo se puede sentir amor mío,
cuando veo esos ojos,
y la libertad de amarte,
me persigue porque quiere atraparme.