Asturias...

Influye la lluvia en el estado del tejado
cuando caen gotas sobre el suelo ya mojado,
al igual que mi alma nota la pena
de las lágrimas que entran de nuevo en escena.
Vuelve mi existencia a tener sentido
cuando al oído el acento es reconocido,
cuando bebo la poción más sabrosa
o cuando escucho aquella gaita misteriosa.
Azul y amarillo es el color de la bandera
que al fundirse nos da la infinita pradera
del verde con más matices que existe,
de la tierra que ni en el último aliento desiste.
Cuando se acaba la tierra de mis amores
tristemente se separan los colores
dando el amarillo de la seca castilla,
dando el azul de nuestra mayor maravilla.
Fuimos pioneros en la batalla
pero no buscábamos ninguna medalla,
sólo queríamos reescribir la historia
y que Don Pelayo nos guiara hacia la victoria.