Cada zancada estoy mas lejos de ti,
Pero te siento más dentro de mi.
No consigo correr sin tu aliento,
Ni contender contras las fuerzas
Que ahora me están derrotando.
Sólo quiero habitar cerca de tus labios
Y prender un pabilo en el universo
Para irradiar a las estrellas en pleno día
Y manuscribir para que desde tu azotea
En plena luz de la noche
No medre tu caudal de tristeza
Y puedas sentir como el pincel de mis dedos
Aún te escriben poesía.
Ya llegó el otoño, pero en mi corazón
Sólo contemplo las heladas de un invierno.
Las huellas que no existen por el polvo,
El recuerdo ahogado en su propia tristeza.
Escucho tu voz en el contestador
Cada noche que el sueño devora
Cada uno de mis pensamientos.
Escucho tu voz mágica, una y otra vez
Hasta que logro amodorrarme.
Y cuando llega el amanecer
Te oigo otra vez
Y espero que las tormentas de octubre
Me porteen esperanza.
Aunque quiera hoy, mañana será diferente,
Y ese eterno sentimiento
Impide que pueda volver a ser afortunado.
Te prometí que jamás sabrías de mi,
Por que quise alejarme de ti.
Yo veneré esta tortura que no se merece
Ni tan siquiera tu mayor enemigo.
Por que amarte ya envenenó mi muerte,
Y ahora solo espero consumirme
Cerca de un arroyo de lágrimas
Y galantear al vértigo
Para retozar al vacío
Y desvanecerme en el ocaso,
Y ser un alma moribunda
Que no tenga presente.
Y no puedo vivir sin tu suerte,
Solo quiero estar cerca de tu piel,
Someterte en mis brazos
Y hacerte sonreír mientras lees
Mis labios en la alborada de la noche.
Ahora toca transitar tan lejos del pasado,
Y quedar atrapado
En la palma de una empuñada mano
Y apretar fuerte,
Tarascar el belfo mientras susurro
El dolor de un acerbo adiós,
Y que la sangre que afluye
Por un costado de mi labio
Sea la herida encallada.
Y que se muestre en el futuro
A la lámina que me vista
Del cuello a la frente
De que hubo un dolor tan inmenso,
Que tenga que detenerme.