He maquillado, cada parte incoherente de mi sombra.
He recogido las palabras inertes muchas veces de la tierra fétida.
Queriendo ser mejor, he pintado flores en lugares donde me han dado
Solo espinas, y he llegado a la falda de mi esencia.
Descubriendo lo magno de las palabras sinceras.
Lo empíreo que esta en las almas sencillas y tiernas.
Lo esencial de las sonrisas profundas,
He vagado en las sendas oscuras, y he llegado
A encontrar luz en los rincones, he paseado por las nubes
Y he enterrado en el cielo las lágrimas que brotan
De la tristeza, de la soledad.
Mi sombra se queda en el espejo del orbe, sola.
Silenciosa, bacía, tan turbia que no se distingue.
Así somos, como sombras pues aquí en el orbe
¿Quien llega a nuestra alma?. Así somos sombras en
El espejo del universo que solo el Magnifico y puro Dios nos puede
Ver con toda claridad.