Es asombroso que veas mi interior
y confiesas que te cautivó el prado
en reserva que hallaste en él. Hado
será siempre, el dueño es mi Señor.
Mujer te invito a cultivar amor
en corazón abierto, lo sembrado
se verán muy hermoso, cultivado
en paz y armonía, habrá esplendor.
En mi íntimo; viste también mi alma,
al verte dichosa él está en calma.
Ensánchame el horizonte en libertad,
si pido mucho, solamente dime.
Tu exuberancia espiritual redime,
en nuevo jardín habrá felicidad,
Autor: Alcibíades Noceda Medina