Para ti, mamá;
por auténtica y audaz,
porque sé que nos amas
al punto de dar tu propia vida;
porque no descansas,
no duermes en torno a mi peligro,
a la audacia que heredé de ti;
tu constancia nos hace vivir
cada vez más,
a mí y a mis hermanos,
a mi propio padre
que no ha dejado de amarte,
porque así eres, mamá,
llena de vida, de inteligencia,
llena de amor
por los que te rodeamos,
y por los necesitados;
por eso soy a sí, mamá,
porque hijo soy tuyo,
y he de luchar por las cosas
que nos incomodan,
porque así me educaste
junto a mi papá,
hasta la eternidad,
aunque me cueste la vida.