Belleza de alto valor

I

No es el brillo fugaz de un rostro lo que define esa esencia

sino la luz intensa, inagotable que emana de un alma noble,

y es que toda belleza no reside en la simetría de sus rasgos

sino en sus convicciones firmes y en la dulzura de su trato.

II

Posee toda la riqueza de la honestidad, es faro salvador en la niebla

su integridad es su adorno más preciado, es más que cualquier joya,

en cada gesto suyo asomala templanza, la calma del espíritu fuerte

su empatía teje puentes, comprendiendo el dolor ajeno como propio.

III

Ella se teje de valentía, no teme a la verdad ni al camino pedregoso

su lealtad es un roble, ofreciendo sombra y refugio sin condiciones,

en su generosidad florece la esperanza, sin esperar nada a cambio

con la humildad de quien sabe su valor, sin necesidad de vanidad.

IV

Así, su verdadera hermosura es tan profunda, un legado de valores

que resplandece con la fuerza, carácter y la pureza de su intención,

es mujer que edifica su mundo y el de los demás con toda nobleza

demostrando que la más alta belleza anida en la grandeza interior.