Esas Manos

El roce de mis manos por tu blanca cabellera me hace recordar aquellos que de pequeña besara siempre que me lastimaba, travesuras de niña. Manos que me acariciaban, con mucha ternura y amor pero que hoy con tristeza, se retuercen de dolor. Esas manos que aún rezan, muy entregadas a Dios torcidas por el sufrimiento, el trabajo y el sudor. Esas manos hoy bendigo por el amor que me dieron y con las mias le pago, la dulsura que tuvieron.  Mamá, ya tus manos se cansaron de entregar tanta ternura, maltratadas por el mucho trabajo los años de arrugas las llenaron.  Y las mias muy dispuestas, te devuelven con suavidad, esa ternura Mamá, que de niña tu me distes.  Prometo yo a ti cuidarte con ese mismito esmero y le doy gracias al cielo, por que aún Madre,  tu vives.

@Derechos reservados de  Iris A. Molina(Montanez)@