benigno

Quiero desarmar mi alma
En dos o tres palabras
Dejarla tirada, ahí,
En el abandono total.
Que llegue un perro y me huela
Y al olerme no me quiera ni mear.
Me ladre de lejos
Como el otario que una vez se piantó
En curdas peligrosas de doblar.
Quiero eso y quiero más
Y sólo puedo tener esta alfombra
De mi tristeza abierta
En una luna que a otro armará
Con lujos de detalles,
Sin piedras al rodar la noche.
Basta corazón
Déjame morir
En esta tibia temporada de esplendor.