Muerdo el anzuelo cada que vuelvo a verte, frió mi cuerpo no responde a mis plegarias, solo tu lo haces reaccionar.
Despierto de mis sueños, no vuelvo a ver mas fantasías, sola estas ahí, distante en mi mente.
Deseos inválidos, no pueden sostenerse, necesitan un aliento, el combustible, tus palabras.
Mis labios arden, ojos desviados, encuentran solo un punto fijo, tu luz.
Suplicas inservibles, mi mente no controlo, pieles separadas, almas muy distantes, llamas queman los deseos, deseos de sentir tus labios, sólidos mis pensamientos, se aferran a recordar.
Mi ser sufre de insomnio, loca mi cordura, pues se enfoca en no pensarte, procurando no olvidarte.
Define mis días la locura, devoran los segundos mi paciencia, perdido en mi habitación, deambulo las mismas pisadas, se comen mi fe los minutos, ahuyentan las horas tu esencia, oh vaya que dura sentencia, tragar el dolor de tu ausencia.