Extrañaba tus ojos, posarse en los míos,
y al extrañar sabía que la noche te saciaba,
pero no es suficiente, cuando no estás conmigo,
ni cuando rozan tus labios, el aprendizaje de mi mirada.
Extrañaba tu abrazo tan fuerte y tan tibio,
tus manos de goces temibles y ambiciosos,
extrañaba tu aliento respirando en mi oído,
y la madurez sincera de tus pupilas en mis ojos.
Extrañaba la paz que me da tu presencia,
el silencio del cuerpo sin tiempo ni horarios,
la ternura infinita que no sabe de esperas,
ni de hojas perdidas de algún calendario.
Extrañaba tu todo, en el interior de mi alma,
desde el último suspiro, hasta el verso profundo,
y el calor de tu piel donde mi sed descansa,
escribiéndote las prosas mas hermosas del mundo.
Dany - Elsa Fariña
10-05-03