Para la historia de esta tierra
los milenios son sólo un parpadeo,
son eternos cuando queremos,
cuando no se los lleva la marea.
Un segundo para el que pisa esta tierra
es el beso de despedida,
el abrazo entre hermanos,
el momento que nunca nos hemos perdonado.
Un segundo es tan fugaz o eterno
como la belleza de la luciérnaga,
es el ultimo reloj de arena,
la suma de todos los recuerdos.
Nuestra vida se escribe en segundos,
espejismos entran y salen del horizonte,
hojas secas cubren todos los caminos,
hasta que la arena deje de caer.