Boulevard de las penas.

Ser en cada una de las caricias intransigentes
en cada soledad que te visten mis ausencias,
en todo los hechizos de producires silentes
donde nada se calla y todo es consecuencia.
Ser en el reniego frontal de alguna herida
en todo el boulevard de mis penas pacientes,
en el coraje prepetuo que te derrama la vida
a cada amanecer de tus costados ausentes.
Ser en la causalidad de los efectos divergentes
en el orgullo instantáneo de alguna mañana,
en la formación de tus nubes y en la inminente
razón de quererte con la suavidad que engalana.