Combatiente saharaui.
¡Hasta luego, amigo!
Ya hemos de vernos en el camino.
Tú regresas al combate y yo,
como en otras ocasiones,
me reservo la despedida, el recuerdo
y algún objeto mutuo
para identificarnos en el futuro,
en cualquier parte.
Tú te vas con la sonrisa de volver a la arena y al fusil.
Con el pesar de no acompañarte quedo.
Guardo la esperanza de no saber de ti
por la página internacional de algún diario,
porque muchas veces, muchas otras,
he tenido que apretar los ojos y los puños
para no mojarlo o destruirlo de impotencia.
Tomado del poemario "Fantasmas de Quijote"(2006)