La música, cuan magia prodigiosa,
hoy me trajo recuerdos de mi infancia,
cuando mi madre, con suma prestancia,
nos regalaba una canción hermosa.
Eran del repertorio de la abuela,
las que hace mucho trajo desde España,
y hoy, al escuchar “La violetera”,
yo siento que la vista se me empaña.
Muchos temas se fueron sucediendo,
“Granada” y después, “El relicario”,
sentí que no existía el calendario,
y cantarlos me pareció estupendo.
Comencé por “La del soto del parral”,
y entonando, “Cuando vengas a Madrid”,
me he sentido en “Las calles de Alcalá”,
y “¡Que viva España!” entoné al final.
Las guardo en el cofre del corazón,
Como una reliquia invalorable,
al oirlas, se me nubla la razón,
¡y nace un sentir más que agradable!!
® Susana Valenzuela 12-08-09