Te estaba leyendo,con lágrimas en los ojos, sin dudar siquiera de tu verdad absoluta, con el rigor de un Dios, que a pesar de su abandono, me deja unas pocas de sequedades impolutas, me estaba diciendo que humana es la vida, y que sensación produce no tenerte, que de tanto esperarte, aún todavía, me pega en la cara la ilusión de la muerte, y si es verdad que el amor se termina, en algun ocaso, sediento de siempres,
trataré de llevarme una lagrima de tu pupila, para que nunca me falten...las ganas de verte.