Siempre tendremos un beso guardado,
escondido, por si alguien pudiera alcanzarlo,
una sonrisa perenne, abierta y solemne,
esperando una palabra que la cierre.
Siempre habrá un te quiero olvidado,
esperanzado a ser un día encontrado,
unos ojos que nos miren inertes,
perdiéndonos en ellos apaciblemente.
Siempre recordaremos algún abrazo,
ahogado, profundo, queriendo ser atado,
unas caricia que abrasase nuestra mente,
un deseo en el aire, que al suspirar regrese.
Siempre existirá un mundo de ensueño,
dónde no volver sea mágico y eterno,
un escalofrío en la voz que sientes,
un querer que mate, viviendo sin un siempre.